ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y DEPORTE
La infancia es una etapa clave del desarrollo físico-psicológico pues durante esa época se asiste a un proceso de crecimiento y maduración ósea, desarrollo del tejido músculo-esquelético y adiposo que se aceleran en la adolescencia, alcanzándose su cenit hacia los 22 años, edad en la que se adquiere la composición corporal definitiva. Al mismo tiempo el niño comienza a adquirir y manifestar sus propios comportamientos en base a factores genéticos, socioeconómicos, culturales, parentales, etc. La alimentación y la actividad física se erigen como los principales factores ligados al estilo de vida con un mayor impacto en la salud. El rol de los padres y del entorno (colegio, amistades) a este respecto es determinante pues los hijos tienden a mimetizar sus comportamientos.
La adhesión a un patrón de alimentación saludable, siendo la Dieta Mediterránea el paradigma de dieta óptima por asociarse con un menor riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la obesidad y las enfermedades neurodegenerativas así como una mayor esperanza de vida, debería implementarse desde las primeras experiencias del niño con la comida.
El fútbol es una deporte con un gran impacto mediático, hasta el extremo que los jugadores son considerados ídolos sobre los cuales los niños tienden a proyectar sus sueños. El fútbol es un deporte con un doble beneficio: fisiológico pues por su carácter intermitente contribuye al desarrollo del fitness cardiorrespiratorio (resistencia aeróbica) y fuerza-resistencia (componente anaeróbico), siendo el gasto energético muy variable dependiendo de la posición en el campo variable, contribuyendo a prevenir la epidemia de obesidad en nuestro medio y psicológico pues su dimensión lúdica contribuye a la sociabilización del niño y los valores que comporta (perseverancia, constancia, voluntad, altruismo, empatía…) promueve un adecuado desarrollo emocional.
Por tanto el fútbol es un deporte idóneo a estas edades. En el caso de los niños de 5-10 años que se inician en la práctica del fútbol, la nutrición adquiere una relevancia aun más patente pues aquella deberá conciliar un adecuado crecimiento y desarrollo con un óptimo rendimiento. A nivel nutricional la ingesta previa y posterior a la práctica deportiva tiene una importancia aun mayor pues la primera permite que el organismo disponga de las reservas adecuadas de fosfo-creatina y glucosa/glucógeno, principales fuente de energía durante el partido y la segunda posibilita la repleción de los mismos contribuyendo a acelerar la recuperación.